martes, 24 de abril de 2012

ESTEPA CEREALISTA (Por campos de Daganzo)

Cuando reparamos en la naturaleza, el perfil mayoritariamente imaginado se muestra casi siempre idílico: un paraje montañoso rebosante de cursos de agua, una extensión por entero cubierta de arbolado, el bullir de vida de un humedal...Sin embargo, casi nadie tendrá en mente la sobriedad y singularidad que engloba un ecosistema producto de la intervención humana: la estepa cerealista, no por tal olvido carente de atractivos.
Madrid, a la búsqueda de su naturaleza (Miguel Angel Acero)